PROYECTO: ALFARO-MANRIQUE ATELIER.
En una de las calles más próximas al mar azul de Marbella, en la zona de Elviria, cercana a varios de los míticos hoteles que han dado leyenda y memoria a esta zona, se encuentra situada esta villa cuyo diseño de obra nueva, arquitectura y paisajismo ha realizado Alfaro-Manrique Atelier.
FOTOGRAFÍAS: NICOLÁS DÍAZ.
Luciano y Marta querían una vivienda para su familia en el mismo lugar donde llevaban años veraneando y una vez que consiguieron la parcela adecuada comenzó el trabajo de Alfaro-Manrique Atelier.
El terreno, de casi 1000 m2, era perfecto por su cercanía al mar, por tener solo un lindero con la vía pública orientado al norte y por el desnivel que presentaba, de manera que todo el sur de la parcela miraba al mar, y se acentuaba por el desnivel de esta, lo que permitió jugar con las cotas de nivel, generando diferentes plataformas.
La idea era actuar con volúmenes rotundos, limpios, blancos, combinados con otros de hormigón visto, que aunaran el gusto depurado de la propiedad con una idea muy clara de proyecto, aprovechando la preexistencia de la topografía para volcar y mirar hacia el mar todo lo posible, cerrándose a la vía pública y al norte.
Los elementos de hormigón son, en sí mismos, estructurales, posibilitando una rotundidad formal y efecto de sombras, así como un lenguaje propio que se extiende al voladizo del mismo material que marca la gran puerta pivotante de entrada o la valla de cerramiento exterior.
La luz como hilo conductor de todo el proyecto, como potenciador de los rotundos volúmenes, baña todas las estancias, tanto desde la gran fachada abierta al sur como desde el gran lucernario interior en la casi triple altura del núcleo de comunicación.
La planta baja, a la que se accede desde un camino de mármol Macael gris, tiene gran parte de los usos comunes y públicos de la vivienda. Continúa con este mismo material de mármol en su interior hasta la plataforma exterior a la que se abren el comedor y el salón, separados por un patio acristalado que contiene un olivo, y que da continuidad espacial a ambos espacios. También en esta misma planta se encuentra la gran cocina con sus espacios servidores, así como aseo y una habitación en suite.
En esa plataforma, que se abre totalmente a las vistas que proporciona el desnivel y a la luz del sol, se encuentran el salón y el comedor exteriores, así como la piscina infinitive de agua salada y el jacuzzi, de unas teselas turquesa que dan la sensación de perderse en el horizonte con el propio mar. Al final de ésta, en una cota inferior, se encuentra un pequeño huerto lineal que quería el propietario como recuerdo a sus orígenes en la Alcarria.
En planta primera están el resto de los dormitorios y baños, así como una zona común de reunión, trabajo y estudio, a través de la cual se accede a la escalera exterior que lleva desde la plataforma delantera al chill out de la cubierta plana, con barra, bancadas perimetrales y zonas de sombra para generar un nuevo lugar de estancia exterior aprovechando las privilegiadas vistas al Mediterráneo. Esta escalera lineal, de un solo tramo, está situada en la fachada este, entre dos pieles de esta, siendo la más exterior con un ritmo de lamas metálicas horizontales a modo de celosía, que dan un ritmo de claroscuros con la proyección del sol.
Los materiales nobles y tradicionales; mármoles, microcementos, enfoscados, maderas naturales en la escalera y pavimentos de planta primera, juegan con la tecnología y la contemporaneidad que permiten tener suelo radiante, un sistema de climatización de eficiencia energética o puertas hasta techo y sin marcos, una escalera que es como una ligera arpa, volada, o un gran lucernario en la zona central entre otros puntos diferenciadores del diseño.