PROYECTO: DAVID OLMOS ARQUITECTOS.
Esta vivienda unifamiliar realizada por el estudio de David Olmos se sitúa a la entrada del núcleo urbano de Piedras Blancas en Asturias, dentro de una zona residencial y tangente a la carretera de acceso. Debido a las dimensiones de la parcela, se parte de un pieza única y compacta, donde se aprecian las diferencias entre las fachadas.
FOTOGRAFÍAS: ALEXANDER BOGORODSKIY.
En este proyecto se parte de una pieza compacta donde se aprecia la diferencia entra la fachada Norte, sin apenas huecos hacía la zona residencial y la fachada Sur con aberturas hacia el paisaje lejano, más amplias pero controladas por unas terrazas exteriores que generan cierta intimidad, aislamiento sonoro al tránsito de los vehículos y protección solar.
Pese a ser un volumen rotundo, los retranqueos que generan los voladizos de la fachada Sur, tratan de darle más ligereza al conjunto donde se acentúan más en profundidad en la fachada Suroeste coincidiendo con el porche de la cocina-comedor en planta baja.
Mediante un retranqueo en la fachada Norte se genera una rampa que conduce hacia el interior de la planta baja de la vivienda. En la planta primera se genera una entrante en la fachada para dar iluminación a la escalera de comunicación.
Coincidiendo con la cota inferior de la finca se dispone el acceso de vehículos al garaje y zonas técnicas de la vivienda. La planta intermedia coincidente con la parte superior de la finca se organiza como una sucesión lineal de estancias abiertas al Sur, coincidente con las mejores vistas.
La escalera frente al vestíbulo marca el eje divisorio entre dos zonas de diferente uso: hacia el Suroeste, un amplio salón, seguido de una cocina independiente vinculada a un porche que goza de las mejores orientaciones; hacia el sureste, un pequeño pasillo da acceso a la habitación de invitados. En la fachada norte se sitúan elementos servidores como armarios y un aseo común.
La planta primera se distribuye de manera similar a la anterior: una sala de estar en el centro, dos habitaciones en los extremos, todas orientadas al Sur, diferenciándose una de ellas como la principal, con un baño y vestidor incorporado y como continuación una terraza exterior.
Los materiales escogidos pretenden crear un conjunto homogéneo dentro de una escala de grises tanto por el interior como por el exterior. Para ello, se emplean tres: cerámica, zinc y mortero blanco. Los dos primeros se utilizan en el volumen interior: compacto y anclado al suelo. Como contraste en los vuelos de las fachadas predomina el color blanco para potenciar la geometría y darle una mayor ligereza al conjunto.
El empleo del zinc hace alusión a las casas tradicionales de las zonas próximas a la mina de Arnao, las cuales utilizaban este material de revestimiento influenciadas por la creación en 1851 de la Real Compañía Asturiana de Minas, que aprovechaba el carbón de éstas para la fundición de zinc.