PROYECTO: MARTÍN PELÁEZ ESTUDIO.
El estudio de Martín Peláez realiza este proyecto de reforma integral de vivienda, cuya idea principal es ser un lienzo en blanco abierto y conectado. Un espacio sin tabiques, articulado por unas piezas artísticas y funcionales que son, además, intencionadamente discordantes en cuanto a forma y materiales.
FOTOGRAFÍAS: AMORES PICTURES.
La vivienda es un noventa por ciento espacio abierto y un diez por ciento espacio cerrado. El espacio cerrado lo compone un baño completo, un espacio de inodoro y la caja de madera de fresno que, junto con el volumen de lino, acoge parte del almacenaje.
El espacio abierto, lo compone todo lo demás. Vestidor-dormitorio-ducha-comedor-cocina-salón, desde el cual se ilumina de forma natural toda la casa y además se accede a un pequeño balcón que se soluciona en tono neutro para dar esa continuidad visual desde el interior y potenciar la sensación de luz. El color blanco inunda toda la casa, desde el suelo de microcemento satinado, hasta paredes, techos y mobiliario a medida.
Otro de los motivos por el que el estudio titula a este proyecto “Casa Galería” fue debido a que los clientes tuvieron el deseo de incorporar varios elementos de valor artístico y sentimental desde el primer momento.
Debido a su tamaño, se tuvieron que descartar algunos, pero otros se conservaron y formaron parte de la vida del proyecto desde el inicio.
El espejo dorado de gran tamaño heredado de sus abuelos y original del siglo XIX, según la leyenda, se pintó de negro como muestra de luto tras la muerte de Alfonso XII y fue devuelto a su estado original tras una restauración años después. Una lámpara original de cristal de La Granja que se ha incorporado a media altura en una esquina del salón le da un carácter diferente. Para suspenderla, los clientes encontraron una cadena de bronce muy antigua y que funcionó a la perfección.
Como mueble auxiliar de comedor, se utilizó una cómoda de madera antigua estilo art decó con decoraciones geométricas que ya tenían y se decidió conservar. También se incluyeron varias cerámicas, lienzos y piezas gráficas, casi todas de artistas jóvenes, o adquiridos durante alguno de sus viajes. Entre todos, destaca un Mariscal muy divertido con temática de cocina y una pequeña escultura de Zuloaga.
Por este motivo se incorporaron diversas baldas de obra y muebles bajos, así como varios pedestales blancos con los que poder jugar, creando diferentes composiciones con las piezas. La casa quedó prácticamente equipada con elementos de obra y carpintería a medida, y se necesitaron pocos muebles más para completar. Los muebles más grandes como el sofá o la mesa de comedor son visualmente silenciosos de línea sencilla y tonos neutros.
Respecto a la iluminación general, se trabajó con tono neutro-cálido y focos orientables, persiguiendo nuevamente esta idea de iluminación expositiva y flexible. También se trabajó la iluminación indirecta incorporada en el mobiliario a medida. Y, por otro lado, en las zonas más oscuras, se añadieron algunos lineales tanto en techos como en paredes, formando parte de la decoración. También se instalaron algunas lámparas suspendidas en tonos cobrizos y con luz dorada para crear ambientes cálidos y con personalidad propia dentro del espacio.