PROYECTO: ESTUDIO i29.
Esta generosa villa, diseñada por el estudio holandés i29 para una familia de cuatro miembros, permite que todas las habitaciones estén conectadas horizontalmente. Un hogar duradero y espacioso que difumina las líneas entre el espacio interior y exterior.
FOTOGRAFÍAS: EWOUT HUIBERS.
En el centro del espacio vital se coloca un exuberante patio verde y las puertas correderas del suelo al techo ofrecen una vista abierta del jardín y la piscina circundantes. Todo esto se hace para que la arquitectura y el diseño interior formen una unidad homogénea.
Con un enfoque de diseño purista y materiales modestos, Bedaux de Brouwer e i29 han diseñado una villa que tiene una calidad lujosa sin ser pretenciosa. La mayor calidad de esta casa es la integración armoniosa del interior y el exterior en los más pequeños detalles. Se aplican grandes superficies de madera en toda la casa para conectar las diferentes áreas. Armarios, paredes, puertas correderas y camas, están hechas de la misma madera y el mismo acabado para la unidad y la conexión visual.
Las fachadas de ladrillo negro esconden y muestran el entorno natural, y grandes macetas con vegetación se integran en la fachada del edificio. La casa está construida para el uso eficiente de la energía, con almacenamiento de energía geotérmica, una bomba de calor y colectores solares en el techo. El objetivo era conectar el interior con el exterior de forma natural.
Paradójicamente, esta casa ofrece muchas vistas abiertas y una gran transparencia de las fachadas, mientras que da la impresión de ser privada y protegida por su exuberante e inteligente distribución. Un retiro perfecto para pasar el tiempo en el interior y el exterior. La paleta de materiales sobria y pura proporciona una atmósfera relajada de lujo natural.
Siguiendo las pautas marcadas por las austeras líneas de la arquitectura de esta vivienda, el proyecto de interiorismo ha planteado unos interiores muy vinculados al paisaje exterior y que, al mismo tiempo, reproducen el sosiego y la tranquilidad que anticipan sus muros.
En su interior, la vivienda se ha proyectado con unos ambientes muy cálidos, combinando una paleta de tonos, que se complementan con un mobiliario dispuesto de forma muy cuidada. Los propietarios han participado muy activamente a la hora de escoger el mobiliario y han colaborado en la elección de los materiales de los acabados interiores, estableciendo un diálogo fluido entre ellos y el arquitecto.
Las habitaciones se han amueblado de forma minimalista, apostando únicamente por el uso de las piezas imprescindibles y dejando de lado lo superfluo, de modo que se han creado atmósferas acogedoras y limpias, que invitan a la relajación y a la tranquilidad. Una sencillez y depuración que se ha seguido también en los baños, en los que domina el blanco absoluto.
La madera de los pavimentos y los techos de hormigón componen un marco natural y en cierto modo salvaje, para enmarcar las panorámicas de que disfruta esta vivienda. De esta forma, al igual que la arquitectura está pensada para la integración de los volúmenes en la tierra, el interiorismo asume la misma vocación y declara sin complejos que el entorno es lo que manda en este proyecto y ante él se rinde.
El tratamiento cromático de este proyecto, intencionadamente armónico, busca establecer una relación directa entre la vivienda y su entorno luminoso, caracterizado por una gama de colores similar a la que se ha utilizado en paredes y tejidos para tapizar.