PROYECTO: DUILIO AMILANO, DAMILANOSTUDIO ARCHITECTS.
Los autores del proyecto han aprovechado las construcciones preexistentes, que se habían utilizado como estancia para los empleados de una compañía eléctrica, y han convertido este espacio en una villa con todas las comodidades, dejando el programa en una sola planta. Nace así una vivienda amplia, sin escaleras, abocada al exterior y muy cómoda para el discurrir diario.
FOTOGRAFÍAS: ANDREA MARTIRADONNA. TEXTOS: ADA MARQUÉS.
Villa Geef nace en un entorno comprometido en las primeras afueras de Sondrio, Italia, dentro de un espacio constructivo que fue utilizado a tiempo parcial por los empleados de una compañía eléctrica.
El espacio más grande estaba de hecho ocupado por un cuerpo de fábrica utilizado para el trabajo de la empresa y rodeado de vegetación. A pesar del tejido existente, el área se presentó con un amplio potencial dado el paisaje de montaña circundante caracterizado por los viñedos típicos de Valtellina. En un principio, la intención del cliente era construir una villa de varias plantas, pero el proyecto desarrollado por Damilanostudio Architects se ha centrado en una villa en una sola planta baja que se relaciona con el paisaje. Se construye una casa que abre sus ojos a los viñedos y al parque privado.
La villa se desarrolla en dos áreas diferentes unidas por el porche cubierto en línea con el acceso al edificio construido. Por un lado, el garaje y la despensa para los invitados. Por otro lado, la residencia de los propietarios.
Siguiendo las pautas marcadas por las austeras líneas de la arquitectura de esta vivienda, el proyecto de interiorismo ha planteado unos interiores muy vinculados al paisaje exterior y que, al mismo tiempo, reproducen el sosiego y la tranquilidad que anticipan sus muros.
En su interior la vivienda se ha proyectado con unos ambientes muy cálidos, combinando una paleta de tonos, que se complementan con un mobiliario dispuesto de forma muy cuidada. Los propietarios han participado muy activamente a la hora de escoger el mobiliario y han colaborado en la elección de los materiales de los acabados interiores, estableciendo un diálogo fluido entre ellos y el arquitecto.
Las habitaciones se han amueblado de forma minimalista, apostando únicamente por el uso de las piezas imprescindibles y dejando de lado lo superfluo, de modo que se han creado atmósferas acogedoras y limpias, que invitan a la relajación y a la tranquilidad.
Una sencillez y depuración que se ha seguido también en los baños, en los que domina el blanco absoluto.
La madera de los pavimentos y la carpintería metálica de las ventanas componen un marco natural y en cierto modo salvaje, para enmarcar las panorámicas de que disfruta esta vivienda. De esta forma, al igual que la arquitectura está pensada para la integración de los volúmenes en la tierra, el interiorismo asume la misma vocación y declara sin complejos que el entorno es lo que manda en este proyecto y ante él se rinde.
Otro factor que se ha tenido en cuenta a la hora de crear esta casa ha sido el clima mediterráneo. Con veranos calurosos y húmedos e inviernos fríos con capítulos de fuerte viento, se ha adaptado la construcción al clima a través de sistemas de climatización pasivos, activos y a través de la configuración de la propia arquitectura.
Esto completa una arquitectura concebida para ser vivida, en la que los autores han pensado en todos los sentidos del ser humano para ofrecer estímulos visuales, olfativos, sonoros e incluso para el gusto.