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La vivienda ocupa un terreno ligeramente elevado que domina la costa del Maresme. Se trata de una casa para todo el año decorada para una familia con dos hijos que precisan espacios comunes y zonas de intimidad, así como facilidades para recibir amigos. Todo ha sido tratado con criterios de sobriedad y austeridad, dejando en manos de los complementos decorativos y las tapicerías los detalles de color y la expresividad de las habitaciones.
PROYECTO: MOLINS INTERIORS.
FOTOGRAFÍAS: JORDI MIRALLES. TEXTOS: PABLO ESTELA.
Este proyecto se refiere a una vivienda destinada al uso diario para un matrimonio con dos hijas a los que les gusta recibir gente y compartir espacios en la casa. Eso explica la amplitud de las zonas de relación, ubicadas en la planta baja, de cara al mar y muy bien relacionadas con el jardín y la piscina. El porche se configura a partir de la propia construcción del edificio y se desprende de la primera planta de forma natural. La vivienda ocupa un terreno ligeramente elevado que domina la costa del Maresme. Frente a la vivienda se ha instalado una gran piscina que refleja en sus dimensiones la planta rectangular de la casa y sirve de reflejo a la misma.
Un conjunto de sofás y mesitas de exterior tapizados con tejidos resistentes a la humedad configuran bajo el porche un segundo salón que se comunica directamente con la piscina adjunta. Allí se han dispuesto unas tumbonas de aluminio blanco y lona del mismo color que brindan comodidad al jardín.
Bajo este espacio se ha ubicado un salón y un comedor exteriores que ayudan a ampliar la funcionalidad de la casa. El comedor es especialmente grande por las mismas razones: se prevé una afluencia importante de visitas de familiares y amigos, por lo que era necesario plantearlo amplio y bien relacionado con la cocina cercana.
Esta pieza es muy espaciosa y está abierta al jardín, de forma que sea fácil el acceso. La isla central se prolonga en una mesa de office con sillas cómodas y de diseño actual para realizar un almuerzo rápido y complementar los usos del comedor, mucho más formal. El blanco es el color escogido para esta cocina, siguiendo la armonía de toda la vivienda.
Los grandes ventanales de la planta baja brindan una luminosidad natural a todo el ámbito que se extiende hasta los últimos rincones.
Todos los muebles del proyecto han sido realizados a medida por Molins Interiors a fin de aprovechar mejor el espacio y conseguir una mayor homogeneidad formal. Por la misma razón se utiliza un solo parqué en toda la casa, de madera de roble claro, de gran belleza formal y muy cálido. La sensación de recogimiento está asegurada con las alfombras dispuestas en los diversos espacios. Todo ha sido tratado con criterios de sobriedad y austeridad, dejando en manos de los complementos decorativos y las tapicerías, los detalles de color y la expresividad de las habitaciones. Cada suite posee un lavabo diferente para personalizarla, de forma que se convierten en pequeñas viviendas dentro de la vivienda.
Finalmente hay que mencionar el magnífico salón secundario de la planta alta, donde se ha dispuesto una zona de lectura y relax y un fantástico home cinema que permite disfrutar del cine en casa con la mayor comodidad. En la planta superior se ha habilitado un salón de lectura donde también se ha dispuesto una estupenda instalación de home cinema.
En su interior, la vivienda se ha proyectado con unos ambientes muy cálidos, combinando una paleta de tonos, que se complementan con un mobiliario dispuesto de forma muy cuidada. Los propietarios han participado muy activamente a la hora de escoger el mobiliario y han colaborado en la elección de los materiales de los acabados interiores, estableciendo un diálogo fluido entre ellos y el arquitecto.
Otro factor que se ha tenido en cuenta a la hora de crear esta casa ha sido el clima mediterráneo. Con veranos calurosos y húmedos e inviernos fríos con capítulos de fuerte viento, se ha adaptado la construcción al clima a través de sistemas de climatización pasivos, activos y a través de la configuración de la propia arquitectura. Esto completa una arquitectura concebida para ser vivida, en la que los autores han pensado en todos los sentidos del ser humano para ofrecer estímulos visuales, olfativos, sonoros e incluso para el gusto.