PROYECTO: ESPAÇO OBJECTO. ANTÓNIO FIGUEIREDO, MANUELA FERNANDES.
Los arquitectos de Espaço Objecto de Portugal intervienen en una residencia privada de aspecto Art Decó fechada a principios del pasado siglo y, tras ordenar y sanear los espacios, le añaden un ala racionalista que dialoga con acierto con los volúmenes clásicos, en una suerte de desdoblamiento temporal.
FOTOGRAFÍAS: IVO TAVARES STUDIO. TEXTOS: ADA MARQUÉS.
El proyecto define una intervención en un edificio de arquitectura ecléctica, que data de principios del siglo XX, clasificado por las autoridades de la localidad portuguesa de Águeda dentro de su plan urbanístico como propiedad de interés público.
Este edificio, ubicado en Av. Dr. Joaquim de Melo, parroquia y municipio de Águeda, exhibió un conjunto de elementos decorativos en sus fachadas, influenciado por la arquitectura de su época con referencias al Art Deco, Y, como ocurre en otros edificios del mismo tipo, disfruta de un elemento superior, como una torre que se eleva sobre su volumetría, que se colocó en el cuerpo del edificio más cercano a la calle pública, solo como efecto decorativo.
Su integración en el plan de la red urbana, donde predomina esta tipología de vivienda unifamiliar aislada, y su relación visual y proximidad al jardín público Conselheiro Conde de Sucena, le asigna un valor agregado a este edificio, además de sus particularidades históricas en el contexto de la arquitectura portuguesa de principios del siglo XX.
El valor arquitectónico de esta propiedad ubicada en el corazón de la ciudad contribuyó a la decisión del propietario de llevar a cabo un proyecto de rehabilitación y expansión del edificio, por lo que podría ser adecuado para su propia residencia.
Todo el proceso, desde su concepción hasta la solución final, se compuso de avances y retrocesos, así como de un análisis crítico constante de todos los participantes, incluido el propietario.
La organización funcional de la casa fue diseñada no solo para crear relaciones interdependientes entre los diferentes espacios interiores existentes y los propuestos, y aquellos con el espacio al aire libre, sino también para respetar cuestiones como la eficiencia energética a través de la orientación solar y la comodidad de la vivienda.
Por otro lado, también existía la preocupación de ajustar estos aspectos al requisito de crear un lugar con cierta privacidad en relación con la zona circundante.
La intervención en la propiedad incluyó trabajos de demolición de las divisiones interiores, remodelación de pavimentos, limpieza y rehabilitación de fachadas, conservando todos los elementos decorativos que las caracterizan. Para este propósito y antes de que comenzaran los trabajos de limpieza de fachadas, se hicieron moldes de todos los elementos decorativos, asegurando así, la integridad del diseño original.
El programa llevado a cabo en los dos pisos de la propiedad preexistente comprendía, en la planta baja, el área de entrada y la sala de estar; en el primer piso, la biblioteca y un dormitorio con vestidor y baño privado.
El área de extensión propuesta incluía volúmenes interconectados de dos pisos. En uno de estos volúmenes, la planta baja se diseñó para las áreas de cocina y de respaldo, mientras que la primera planta abarcaría dos dormitorios y sus correspondientes baños en suite.
Este nuevo organismo se vinculó al edificio preexistente asumiendo un compromiso formal y volumétrico, al estar conectado a través de un pequeño volumen, lo que mejoró y marcó la nueva intervención.
Detrás del nuevo volumen se ha habilitado un espacio lúdico que actualiza el antiguo jardín añadiendo una piscina de formato rectangular y una zona de solárium alejada de la vía principal.
Un lucernario se levanta en el suelo de esta superficie exterior, protegido por una urna de cristal y comunicado con la planta inferior de la casa donde configura un pequeño patio de luz cubierto de vegetación. Allí, una escalera de obra revestida de la misma piedra natural que pavimenta el suelo, asciende y comunica las dos plantas sin barandillas, convertida en una bella pieza escultórica.
La planta baja alberga un espacio que comparten el salón y el comedor más relajado mientras que la zona correspondiente al volumen ortogonal acristalado da cobijo a la cocina de forma compartimentada, así como a un salón y otro comedor más funcionales, de uso diario. Todos bañados por la potente entrada de luz natural que se desprende las cristaleras.
La decoración es muy sencilla en esta planta, apoyada en los colores bancos de la piedra natural y en la luz del sol, con espacios de circulación amplios y agradables. Pocos muebles y muy bien escogidos caracterizan estos espacios. Se asciende a la planta alta a través de las mencionadas escaleras de piedra blanca que llevan a la zona de noche.
Aquí el suelo es de madera clara, mucho más cálido como corresponde a este espacio.
Sólo las cristaleras de colores vivos rompen la sobriedad del blanco y la madera. Un espacio que corresponde exteriormente con el torreón, se ha dedicado a zona de lectura con una butaca y una espectacular lámpara de suspensión.