Los propietarios de esta vivienda de los años 70 situada en el centro de la ciudad de Vigo querían renovarla para hacerla más funcional y cómoda ganando un nuevo baño para la familia. En cuanto al diseño, buscaban un interior contemporáneo y cálido, que potenciara la luz natural.
PROYECTO: ESPACIO CONCEPT.
FOTOGRAFÍAS: HÉCTOR SANTOS-DIEZ. TEXTOS: ADA MARQUÉS.
Este proyecto trata de una reforma integral de una vivienda situada en el centro de Vigo. El piso consta de ochenta metros cuadrados y estaba dividido en hall de entrada, tres dormitorios, cuarto de baño, cocina, salón-comedor y galería.
Los propietarios querían renovar totalmente la vivienda, que databa de 1977 y mantenía parte de las instalaciones originales. Además, querían obtener un cuarto de baño adicional, ya que un único baño para una vivienda de tres dormitorios les parecía insuficiente. Respecto al diseño, buscaban un interior contemporáneo y cálido, que potenciara la luz natural existente en la vivienda.
El proyecto de reforma incluyó la renovación de todas las instalaciones de fontanería y electricidad, el cambio completo de la carpintería metálica exterior, y la modificación de la distribución para abrir la cocina al salón y obtener un cuarto de baño más, así como la retirada de la galería de aluminio para recuperar la terraza original.
Con el cambio de distribución se eliminó también el hall de entrada, creándose así un espacio abierto para toda la zona de día, bañado de luz desde un lado al otro la vivienda. Para delimitar la zona de entrada y dotarla de un poco de privacidad, se diseñó un módulo de recibidor con barrotillo de roble de 60×40 mm a modo de filtro para dejar pasar la luz desde el salón y al mismo tiempo delimitar visualmente la zona para las futuras visitas.
La vivienda presentaba una altura útil de dos metros y medio bajo la cual se descolgaban las vigas estructurales en varios puntos de la misma hasta 2,1 m. Para sacar provecho de este problema, se decidió limpiar esta estructura para dejarla en hormigón visto, dándole así todo el protagonismo. Respecto al proyecto de decoración, se optó por una decoración de estilo nórdico, con predominio de pintura blanca, tonos neutros y notas de color en textiles.
En el salón se combinó un sofá en tejido gris con dos butacas nórdicas recuperadas y retapizadas con tejido de pata de gallo negra. Al fondo de la estancia, pegado a la ventana, apareció tras la demolición un hueco en tabique que se recuperó y se destinó a librería instalando baldas de roble.
En el cuarto de baño principal se diseñó un mueble a medida con acabado roble y espejo, para aprovechar el espacio sobre el inodoro y aligerar la zona de lavabo.
Además, en el tabique de separación entre los dos baños se buscó la forma de incluir una hornacina en ambas duchas, las cuales se revistieron con sus correspondientes materiales cerámicos, creando así una solución limpia y homogénea para almacenar los productos de baño.
Respecto a los pavimentos, la zona de entrada y la cocina comparten la misma baldosa cerámica hidráulica en tono turquesa, mientras que, en resto de la zona de día, al igual que en los tres dormitorios, se utilizó una tarima flotante multicapa en acabado roble.
En el dormitorio principal se forró la zona del cabecero con la misma tarima empleada en el suelo, creando así una piel continua que recibe la cama. Sobre ésta se instalaron dos apliques de pared en blanco, para así despejar la mesilla de noche. En el dormitorio juvenil se optó por la utilización de papel pintado en tonos azules, contrastando con el hormigón del pilar y la viga. Además, se creó una zona de estudio doble, con encimera de acabado madera, cajoneras en blanco, y sillas en blanco con patas de madera, réplica de la Plastic Chair de los Eames. En el segundo dormitorio doble se aprovecharon los huecos marcados por los pilares de hormigón para encajar una estantería con baldas en roble lacado blanco, que da apoyo de almacenaje al armario a medida. Dos mesillas de noche con dos apliques metálicos en acabado negro, enmarcan la cama tapizada en tono gris.