FOTOGRAFÍAS: JORDI MIRALLES, ARCHIVO CV.
Un porche bellamente decorado es una puerta de entrada al jardín y un lugar de relajación y comodidad. Es por eso que un porche que refleje el estilo y la personalidad de la casa es tan importante. El porche no es solo la transición entre el interior y el jardín, también es un lienzo en blanco que se puede llenar con las mil y una cosas que ilusionan cuando se trata de disfrutar del aire libre y compartir.
UN ESPACIO PARA LA ILUSIÓN
Se trata de un espacio muy versátil que acepta cualquier estilo decorativo y que se puede educar con un coste moderado, pero siempre derrochando ilusión y las ganas de disfrutar de la vida al aire libre que proponen los porches como prolongación de las casas. El verde, las macetas, las lamparitas de verbena, los muebles de alto diseño y las sombrillas… todo tiene cabida aquí.
Para disfrutar del porche de la vivienda como un espacio complementario a las estancias del interior, todas las épocas del año son buenas. Pero, cuando se acercan los meses de calor, las posibilidades se multiplican. Una práctica prolongación de los metros útiles de la casa que mejora la funcionalidad y añade nuevas dimensiones decorativas.
Los interioristas conciben el porche como una zona protegida por la propia estructura de la casa, que se abre hacia los lindes del terreno desarrollando por el camino los espacios que definen el jardín: caminos, piscina, verde, frutales, huerto, césped… Un buen porche debe ser útil, abierto a todas las posibilidades, funcional y transformable. De esta forma, se convierte en un área de la imaginación que facilita la vida en el exterior. Para acertar con el mobiliario es necesario definir los espacios mediante materiales en el pavimento o zonificando los mismos con balizas y lámparas que permiten disfrutarlos durante la noche. El toque final lo ponen los muebles que ayudan a completar la atmósfera de cada proyecto.
UN RINCÓN EXÓTICO
Unas cuantas ideas sencillas para la decoración del porche pueden convertir una terraza sosa en un rincón exótico. Las cortinas colgantes inmediatamente convierten el espacio al aire libre en una habitación con vistas, mientras que una alfombra define el espacio y combina perfectamente con el acabado de la barandilla del porche. Las vigas de la pérgola en el techo son un ancla perfecta para las luces colgantes: candelabros colgantes suspendidos directamente sobre la mesa del comedor. Los hilos de luces exteriores de estilo retro añaden iluminación adicional a las reuniones, y con cómodos asientos acolchados, la escena está preparada para una noche inolvidable.
El porche es el ámbito de transición entre el jardín y la casa, entre la naturaleza y lo doméstico… por lo tanto el suelo debe ser duro, resistente y atractivo. Se puede plantear como una prolongación del salón o como un espacio independiente. Piedra y cerámica resistente son las mejores opciones en este ámbito, que normalmente es una prolongación del interior de la casa. La madera es idónea por su calidez, pero requiere mantenimiento.
En España, el porche se suele situar en la parte posterior de la casa, por lo que no ejerce las funciones de recibidor a cubierto como en las edificaciones anglosajonas. Se halla en un espacio intermedio entre el interior y el jardín generalmente conectado a la cocina y, como tal, debe adoptar rasgos de ambos ámbitos. Por eso, el porche es tan versátil y al mismo tiempo tan agradable.
BARANDILLAS Y SEPARADORES
Una terraza al aire libre es el espacio perfecto para las reuniones de verano y el porche es el vestíbulo de esa terraza. Esta gran plataforma crea interés y define diferentes áreas del jardín. Como en cualquier plataforma elevada, una barandilla es imprescindible para evitar caídas accidentales. Los postes de esquina blancos brillantes y los rieles superiores combinados con balaustres de hierro forjado, hacen de esta barandilla una característica de diseño tanto como una característica de seguridad. Los bancos incorporados brindan una manera fácil de acomodar a los invitados sin la molestia de arrastrar muebles adicionales. Tapar los extremos del banco con exuberantes maceteros repletos de plantas verdes consigue que la decoración del porche sea muy fácil.
Una buena opción cuando se dispone de metros cuadrados es optar por las funciones de comedor y espacio de relax. El comedor exterior, vestido con un conjunto de mesa y sillas, y el espacio de descanso con sofás, butacas, chaise longue y mesitas bajas donde se puede hacer un desayuno relajado o un piscolabis nocturno. El mobiliario tiene que ir en consonancia con el estilo general de la casa porque, a menudo, es la carta de presentación de la residencia, junto a la entrada principal. Cualquier tipología de mueble de exterior es adecuada para un porche, pero, obviamente, se prefieren los estilos que siguen la pauta del resto del interiorismo.
LA CASA DE CRISTAL
Una alternativa al porche abierto que conecta la casa con la piscina consiste en acristalar una zona anexa al salón. Un espacio transparente que amplía las posibilidades de la zona de estar de la vivienda y que se puede construir posteriormente, cuando convenga, con estructuras modulares. Si se pueden abrir las ventanas, mucho mejor. Atención al exceso de soleamiento tan propio de nuestra geografía. Las orientaciones a sur suelen ser demasiado arriesgadas, excepto en las comunidades más frías. Lo ideal es encontrar una orientación mixta. En ocasiones, la zona de sombra que proporciona el porche no es suficiente para estar a gusto bajo el mismo y es necesario reforzar la protección con elementos adicionales como toldos plegables. Existen opciones muy variadas que se adaptan a cada espacio. La propia construcción, en ocasiones, se encarga de tamizar la luz.
La iluminación del porche es un tema esencial. El tipo de luminaria elegida permitirá acentuar colores, destacar texturas, ampliar espacios y crear ambientes agradables en un mismo porche. Lo más adecuado es combinar focos de iluminación directa que incidan sobre determinados puntos, con luces ambientales que bien pueden estar ubicadas a ras de suelo o incluso empotradas en el mismo. Una luz de techo suspendida puede ser la solución idónea para conseguir una luz general mientras que se agradecerán puntos de luz cercanos que resalten la vegetación o las paredes de la casa.