PROYECTO: ADRIÁN PÉREZ CÓCERA ARQUITECTURA Y DISEÑO.
La rehabilitación de esta vivienda en Ruzafa rescata la esencia del pasado combinándola con una visión contemporánea. Materiales originales como suelos y molduras conviven con una estudiada iluminación que define cada rincón. La luz natural y la indirecta se combinan para crear un hogar sereno, acogedor y lleno de historia.
FOTOGRAFÍAS: ALEJANDRO GÓMEZ VIVES.
En el corazón de Ruzafa, un barrio de Valencia donde la historia y la modernidad dialogan a través de sus calles y edificios, se encuentra esta vivienda reformada bajo una premisa clara: preservar el alma del inmueble original mientras se introducen soluciones contemporáneas que aportan funcionalidad y confort.
Desde el inicio, la intervención tuvo como eje principal la exaltación de los elementos arquitectónicos preexistentes. El pavimento de mosaico, los techos altos con molduras y la carpintería original se convirtieron en puntos de anclaje para una propuesta donde la memoria y la actualidad se entrelazan sin estridencias. La restauración de estos elementos no solo ha permitido conservar la identidad de la vivienda, sino que también ha servido como base para una distribución que optimiza la relación entre los distintos espacios.
Uno de los grandes protagonistas del proyecto es la luz. La recuperación de los ventanales originales y la apertura de nuevas conexiones permiten que la iluminación natural recorra cada estancia, potenciando la amplitud y realzando la nobleza de los materiales. En las zonas donde la incidencia solar es más tenue, el diseño lumínico aporta calidez a través de una iluminación indirecta integrada en cornisas y molduras, creando un ambiente acogedor y envolvente.
La selección de materiales y acabados ha seguido una línea sobria y elegante, donde los tonos neutros y las texturas naturales aportan un equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo. La madera, presente en suelos y mobiliario a medida, refuerza la sensación de continuidad y dota de calidez a cada rincón. En los espacios de almacenaje, las soluciones integradas garantizan una estética limpia, sin interferir en la riqueza visual de los elementos recuperados.
El baño es uno de los puntos donde el diseño y la funcionalidad alcanzan su máxima expresión. La bañera de obra, realizada en el mismo material que el suelo, genera una continuidad visual que refuerza la sensación de unidad y calma. Aquí, la iluminación indirecta juega un papel esencial, permitiendo que las sombras y reflejos construyan una atmósfera íntima y relajante.