Gabi Ladaria y Nacho Díaz,
Destudio
Destudio es una firma de arquitectura, diseño, construcción e interiorismo formada por un equipo multidisciplinar de profesionales que realiza proyectos residenciales, de farmacias, retail y oficinas, entre otras especialidades. Sus trabajos se enfocan a través de un compromiso con la estética, la funcionalidad, la sostenibilidad y la economía.
FOTOGRAFÍAS PROYECTO: ADRIÁN MORA MAROTO.
¿Cómo veis la casa de los próximos años? ¿Os atrevéis a describirla?
Creo que la casa, ya sea urbana o aislada, estará compuesta de pocos espacios, aunque de grandes dimensiones, donde la protagonista seguirá siendo nuestra gran aliada: la luz natural. Eso sí, serán viviendas con perspectiva medioambiental: con un elevado gasto inicial en instalaciones y cerramientos, pero de emisiones nulas o casi nulas. Y eso quizá también afecte a la estética final de la vivienda, contando con mayor presencia de materiales naturales.
Explicadnos brevemente la historia del estudio.
Destudio se formó cuando dos amigos recién licenciados comprobaron que era imposible trabajar en otros estudios de arquitectura durante la pasada crisis. Ante la disyuntiva de emigrar o dedicarse a otros oficios, decidieron lanzarse a la piscina creando su propio estudio en 2014.
¿Qué ventajas comporta hacer una gestión íntegra de un proyecto?
La principal ventaja es que te permite controlar todo el proceso hasta el resultado final. Lamentablemente, conocemos innumerables historias de grandes proyectos cuyo resultado final desmerece el render que les precedió. Si estás presente en todo el proceso, controlas ese tipo de situaciones. Además, el proyecto siempre es un ente vivo hasta su entrega final (incluso después de ella), por lo que hay que seguir tomando decisiones y adaptando cambios continuamente.
¿Algún nuevo material que os haya fascinado recientemente?
Tratamos de estar al día con la cantidad de innovaciones que se dan continuamente en este sector, visitando un gran número de ferias, cuando se podía. Sin embargo, los últimos materiales que hemos introducido en nuestros proyectos son tan naturales como antiguos: mimbres, yutes, etc.
¿Cuáles son los retos principales a los que se enfrenta el interiorista ante los cambios habitacionales en las ciudades?
La pandemia ha traído el teletrabajo para quedarse y, por tanto, es un espacio más a proyectar dentro del programa de las viviendas. Por otra parte, existe una mayor demanda de espacios abiertos, con lo que veremos cerrar menos terrazas y balcones que anteriormente. Independientemente de la pandemia, los cambios demográficos que ya se daban se van a seguir dando y por tanto cada vez habrá menos familias numerosas y, en consecuencia, menos dormitorios en viviendas de grandes superficies. Esto favorecerá que veamos zonas de día y cocinas de grandes dimensiones.
¿Cómo planteáis un nuevo proyecto con vuestros clientes?
Primero, desde el conocimiento profundo de lo que el proyecto necesita. Hay un proceso inicial en el que debemos comprender el alma del proyecto. Para ello es necesario que el cliente se desprenda de todas las ideas estilísticas y arquitectónicas que tiene preconcebidas y empezar de cero con él. Hay que aprovechar esta pregunta para decir una máxima tan repetida como cierta: “no hay buena arquitectura sin buenos clientes”. Por ello, el feeling con el cliente y la selección de estos es de suma importancia.
¿Cómo se armonizan las nuevas tecnologías con el proyecto residencial?
La tecnología en proyectos residenciales, a diferencia de proyectos contract, suele estar oculta, aunque haya incluso más inversión que en aquellos proyectos: no vemos tantas pantallas integradas en los espacios, pero sí que se domotizan instalaciones como la climatización, la protección solar o la iluminación.
¿Qué retos plantea al interiorismo todo lo relacionado con la sostenibilidad?
La sostenibilidad hace ya tiempo que no es sólo una opción en arquitectura e interiorismo. Es algo que siempre se tiene en cuenta en el empleo de materiales, pero incluso también en la estética del proyecto, que no debe responder una moda que debamos desechar