DISEÑO: COLOMO ARQUITECTURA EN COLABORACION CON HOOYSCHUUR ARCHITECTEN. DIRECCIÓN DE OBRA: MANEL COLOMO ESCRIBANO.
La vivienda situada en Santa Cristina d’Aro, Girona, en una zona montañosa y con excelentes vistas al mar, se proyecta con la dificultad de hacer una casa con un terreno abrupto con el sustrato resistente varios metros bajo la superficie y una elevada pendiente.
FOTOGRAFÍAS: JORDI MIRALLES.
Dos voladizos horizontales de color blanco que destacan sobre el terreno de la zona son los elementos originales del diseño a partir de los cuales se configura la vivienda, pensada para ser una casa-mirador desde donde poder observar y admirar las vistas panorámicas.
La casa está situada en la vertiente suroeste de la montaña, lo que la protege del viento de tramontana típico de la zona, y orientada para abrirse al sol de tarde que baña toda la montaña y crear un microclima cálido y muy confortable los meses de invierno. A la vez, esta orientación proporciona un ambiente fresco en verano gracias a la protección de los voladizos y la ventilación natural pensada de forma cruzada para aprovechar la brisa marina estos meses de más calor.
Un elemento destacado, es la plataforma de entrada y de vehículos en la cubierta del edificio que tiene la doble utilidad de porche de protección para la puerta de entrada a la vivienda y a la vez de aparcamiento para vehículos con vistas panorámicas de 360º a los alrededores.
La entrada a la vivienda se genera en la planta primera de la misma, en un espacio íntimo que se crea al separar la casa del terreno natural de la montaña y al cual se accede desde la plataforma de entrada con una escalera ligera metálica con escalones de piedra de Sant Vicenç.
Interiormente, la casa se distribuye con unos espacios diáfanos en la planta primera, pensada para disfrutar durante el día, con todo el frontal acristalado y reduciendo los elementos de cerramiento verticales para poder tener una relación total entre interior exterior, y así poder asegurar las vistas a la terraza y a la piscina des de cada rincón.
La materialidad exterior, consiste en un sistema SATE con un acabado de color blanco roto en los elementos horizontales y voladizos, los cuales se apoyan frontalmente sobre pilares de acero para dar la sensación de ligereza y de estar suspendidos en el aire, a diferencia de la parte posterior donde estos voladizos se apoyan sobre un muro de piedra natural. Este muro tiene continuidad hacia el interior de la casa, para enfatizar y enriquecer la relación entre el salón y la terraza, donde destaca la piscina desbordante, calefactada por bomba de calor y con vistas panorámicas sobre el paisaje como el resto de las estancias
Una escalera metálica forrada con cajones de madera de roble natural, que actúa en voladizo sobre el muro de hormigón, es el elemento de unión con la planta baja, la cual se estructuró pensando en la familia propietaria con necesidad de cinco habitaciones dobles y un baño para cada habitación como prescripción en el programa de necesidades familiar.
En esta planta destaca el cerramiento de lamas móviles de aluminio de aspecto madera, las cuales proporcionan privacidad y protección solar a las habitaciones, pero a la vez garantizan visibilidad y flexibilidad para poder salir al jardín directamente desde cada una de las habitaciones.
La vivienda, en definitiva, es un volumen que busca destacar del terreno existente, con mucha horizontalidad en los voladizos, para poder asentarse en la pendiente y crear una casa-mirador, con una conexión fluida entre espacios, con el mínimo empleo de elementos verticales que puedan obstaculizar las vistas, totalmente abocada a vivir observando el paisaje y poder disfrutar tanto de las vistas soleadas de un día de verano como de una tormenta de otoño.