PROYECTO: ANTONIA DE ANGELIS, CANO Y ESCARIO ARQUITECTOS. COCINA Y MOBILIARIO: ICONNO.
El cuidado del detalle ha sido el punto de partida de este proyecto de Cano y Escario Arquitectos. La posición privilegiada en altura, con vistas extraordinarias a la cornisa oeste de Madrid conforma la materia prima sobre la que se actúa.
FOTOGRAFÍAS: JESÚS GRANADA.
A partir de las vistas, el proyecto se centra en potenciar la sensación de vivir en un espacio atemporal que se deja inundar por la luz natural durante todas las horas del día, produciéndose una permanente referencia a la ciudad de Madrid.
El diseño modela en todo momento el espacio obteniendo una caja de vidrio abierta al exterior, sirviéndose de la alta tecnología que aporta la carpintería minimalista de Panoramah. La luz natural transforma los espacios de esta vivienda según el momento del día: colores fríos por la mañana que se mezclan con la calidez de la madera y los tejidos; colores rojizos al atardecer que son absorbidos por las superficies más frías como mármoles y reflectantes.
La combinación de la secuencia de los materiales es una constante en esta vivienda, materiales y diferentes superficies se alternan entre ellos en toda la vivienda, madera, piedra, mármol, espejos y microcementos se entrelazan con un mobiliario de fuerte caracterización made in Italy.
El núcleo de la casa lo conforman diferentes piezas modulares del sofá Groundpiece de Flexform, dibujando el espacio del salón en una geometría confortable. Su calidez viene contrastada con una pieza monolítica que fluctúa sobre el suelo y está realizada en mármol de Carrara extraído del corazón de los Alpes Apuane en la Toscana, para transformarse en la mesa Ta_Volo de Salvatori, recubierta por una pieza de acero inoxidable. Las mesitas 194 9 de Cassina, diseñadas por Piero Lissoni, son el acompañamiento perfecto en contraste con los mármoles.
La ausencia de muros entre las estancias principales como el salón y comedor, sumado a la presencia del cálido nogal de los paneles correderos Sail de Rimadesio, abrazan una cocina moderna de aire industrial, que parece proteger este espacio sin límites. La combinación de las diferentes posiciones del panel, permiten abrirse más o menos hacía el exterior, en una búsqueda constante de la luz.
La terraza es otro elemento vivo, todo gira alrededor de un olivo centenario, siempre visible desde toda la vivienda, y su iluminación nocturna ha sido confiada a la marca Simes que vuelve a dar con la magia.
En la entrada de la vivienda, un aseo de cortesía se oculta mediante un panel de madera de roble de Hakwood de puerta oculta. Al abrirla, se ve la combinación de la piedra Silk Georgette que reproduce nudos y vetas del más noble roble, y crea un efecto de integración de materiales que, aun siendo de naturaleza muy distinta, se asemejan entre sí.
La habitación principal adentra a sus habitantes en un mundo aparte, acogidos por reflejos, deslumbrados por los paneles Shoin de Lualdi del vestidor, que se reflejan en el blanco mármol de Carrara que abraza el baño, y que permite apreciar un suelo volcánico casi negro en lucha con el lujoso y teatralizado blanco de las luces.
Desde el vestidor de cristal se accede al baño principal, con mármoles clásicos seleccionados en diferentes tonalidades de blanco y negro que le otorgan el encanto de un tejido preciado, pero a la vez, la luz cenital ayuda a reflejar y exaltar su dura textura que imita la madera cortada a mano. Esto, sumado al juego de luces y sombras, crea un efecto casi teatral junto al contraste del suelo en piedra volcánica. La luz cenital de la zona de ducha destaca aún más por la magnífica cascada de agua, firmada por Fantini, y desde la ducha es posible mirar el cielo y abrirse al exterior, haciendo que la relación con lo natural sea más fuerte.
Una casa en la que los propietarios, atraídos por el limpio diseño, empiezan a combinar sus recuerdos con piezas de arte contemporáneo, semejante a un lienzo abierto a diferentes trazos, colores y texturas.