ARQUITECTURA: ROB DUBOIS. ARQUITECTO TECNICO: JORDI FONTANELLA, ESTUDI 40. MOBILIARIO: MINIM, ARBORETUM.
Esta fascinante construcción a pie de montaña ha sido proyectada para que el paisaje se convierta en el verdadero protagonista del interior, mediante unas amplísimas cristaleras que permiten que los verdes y dorados del entorno se cuelen y dialoguen con los blancos y azules minimalistas de la decoración.
FOTOGRAFÍAS: JORDI MIRALLES.
Se trata de un proyecto de nueva construcción de una vivienda unifamiliar aislada, situado en el municipio de Santa Maria de Palautordera, próximo al macizo del Montseny, en la provincia de Barcelona.
Es un edificio aislado, ubicado en el interior de la parcela de setecientos metros cuadrados de superficie y formado por una planta sótano de ciento dos metros cuadrados, una planta baja de noventa y cuatro metros cuadrados y una planta piso de ochenta y cuatro. También se ha incluido la construcción de una piscina adosada a la casa.
Es una casa con el máximo de superficie de vidrio posible en la fachada de la planta baja para poder aprovechar de la situación privilegiada del solar con sus vistas sin obstrucciones en el Montseny, y con una distribución totalmente diáfana. La parte oriental de la casa, el comedor, entre otros elementos, se ha concebido como un espacio con doble altura orientado hacia el jardín a través de un monumental muro cortina formado por perfiles de aluminio de color negro. La planta superior contiene los elementos que requieren más intimidad.
El conjunto está cubierto por una losa plegada de hormigón visto con generosos voladizos que impiden que el sol llegue al interior en verano, que así queda protegido contra el sobrecalentamiento.
Una instalación basada en la geotermia alimenta el suelo radiante que calienta la casa en invierno y provee el frío pasivo en verano. Además, diez placas solares fotovoltaicas situadas en la cubierta hacen que la vivienda prácticamente no necesite energía eléctrica de la red. El agua pluvial de la cubierta es captada en un depósito de veinte metros cúbicos y se utiliza para el riego del jardín.
También se ha tenido en cuenta, a la hora de crear esta casa, el clima mediterráneo. Con veranos calurosos y húmedos e inviernos fríos con capítulos de fuerte viento, se ha adaptado la construcción al clima a través de sistemas de climatización pasivos, activos y a través de la configuración de la propia arquitectura. Esto completa una edificación concebida para ser vivida, en la que los autores han pensado en todos los sentidos del ser humano para ofrecer estímulos visuales, olfativos, sonoros e incluso para el gusto.
Siguiendo las pautas marcadas por las austeras líneas de la arquitectura de esta vivienda, el proyecto de interiorismo ha planteado unos interiores muy vinculados al paisaje exterior y que, al mismo tiempo, reproducen el sosiego y la tranquilidad que anticipan sus muros.
En su interior la vivienda se ha proyectado con unos ambientes minimalistas, combinando una paleta de tonos azules y blancos, que se complementan con un mobiliario dispuesto de forma muy cuidada. Los propietarios han participado muy activamente a la hora de escoger el mobiliario y han colaborado en la elección de los materiales de los acabados interiores, estableciendo un diálogo fluido entre ellos y el arquitecto.
Las habitaciones se han amueblado de forma minimalista, apostando únicamente por el uso de las piezas imprescindibles y dejando de lado lo superfluo, de modo que se han creado atmósferas acogedoras y limpias, que invitan a la relajación y a la tranquilidad. Una sencillez y depuración que se ha seguido también en los baños, en los que domina el blanco absoluto.
El cemento pulido de los pavimentos y los techos de hormigón componen un marco natural y en cierto modo salvaje, para enmarcar las panorámicas de que disfruta esta vivienda. De esta forma, al igual que la arquitectura está pensada para la integración de los volúmenes en la tierra, el interiorismo asume la misma vocación y declara sin complejos que el entorno es lo que manda en este proyecto y ante él se rinde.
En cuanto a la elección de mobiliario se ha actuado con criterios de cierta elasticidad temática, trabajando con piezas clásicas del diseño sin renunciar a dosis de personalidad que se aprecian en los detalles. El color blanco es la decisión más obvia de todo el proyecto y también contribuye a mejorar las condiciones luminosas del apartamento.