VIVIENDA EN CAMBRILS
PROYECTO: XAVIER MARTIN.
Una vivienda en la que la gastronomía es protagonista. Un espacio moderno, elegante, masculino donde la fuerza visual es regia, con matices industriales sin perder la elegancia y donde predominan los colores oscuros y la madera natural. El compendio perfecto de diseño, funcionalidad y reuniones alrededor de la gastronomía.
FOTOGRAFÍAS: LORENZO VECCHIA. TEXTOS: PAU MONFORT.
El mar es el telón de fondo de esta vivienda ubicada en una zona residencial en la costa cerca de Barcelona. El proyecto, realizado por el interiorista Xavier Martín se ocupa de renovar diferentes zonas de la vivienda cuidando la elección de los acabados, materiales, texturas, distribución e iluminación, pensando en el carácter y personalidad del propietario, un gran anfitrión que recibe invitados con frecuencia de diferentes lugares del mundo.
El estilo minimalista, sobrio y de líneas puras de la arquitectura traspasa al interior, en el que el interiorista ha creado un ambiente con carácter, calidez y donde la elegancia impregna todos los espacios combinados con el estilo moderno e industrial del mobiliario y algunas piezas de arte más clásicas. La paleta de color escogida es sencilla y se basa en gamas naturales que contrastan con la dureza de materiales como la piedra y el hierro utilizados en la cocina y la vinoteca creando un espacio visual uniforme con gran carga visual.
El acceso a la vivienda se realiza desde la planta baja. La puerta de entrada actual se cambió por una diseñada para el proyecto de estilo industrial con estructura de hierro y cristales transparentes, potenciando la sensación de estar en el exterior y aportando mucha más luz natural. El suelo de esta planta y de la plataforma exterior se cambió por una piedra natural negro Zimbabwe flameado, un material que permite colocarse en exterior e interior dando así continuidad al suelo a través de un gran recibidor sin ningún cambio visual al entrar en la vivienda, una solución que da continuidad al espacio y conecta las dos zonas de la entrada.
Dentro de la vivienda llama la atención la escalera regia en la que se renueva el concepto y se le da la misma importancia que una escalera imperial. Se cambió la escalera anterior de obra por una completamente de hierro negro hecha a medida y construida a partir de un eje en el que se sostienen los escalones y plataformas dando la sensación de estar suspendidas. Además, se cambió la dirección para disfrutar de las vistas mientras se sube al primer piso. En la primera plataforma de la escalera se colocó una tira led que ilumina toda la pared de la escalera creando un efecto de luces y sombras muy original.
La iluminación de la vivienda se cambió por luces regulables con sistema táctil para crear la luz y el ambiente adecuado en cada ocasión y se añadieron tiras led regulables en los cortineros de la planta principal. Ésta es el centro de la vivienda, en la que hay más actividad durante todo el día. En esta planta el interiorista trabajó para crear un espacio abierto donde cada zona estuviese delimitada a partir de los materiales y la iluminación. Se separó la zona común de la privada reduciendo un muro existente a pilar para dejar toda la planta de zonas comunes (sala, comedor y cocina) y se cerró toda la zona privada con un nuevo muro para esconder las escaleras que van al piso superior, dos habitaciones y un baño completo. Se pulió todo el suelo de parqué de madera natural y se colocó en la zona de la cocina, en la que anteriormente había baldosas, para crear una continuidad visual y unir todos los espacios. También se igualó la altura de los techos de las salas y la zona del comedor para crear un espacio único.
En la sala se hizo la reforma en dos partes. En primer lugar, se potenciaron al máximo las vistas de la vivienda evitando luces colgantes y obstáculos visuales ofreciendo un espacio abierto desde la zona de lectura hacia el exterior. Se colocó una barandilla de cristal transparente para proteger el acceso al hueco de la escalera y a la vez ofrecer mucha profundidad y una vista excepcional.
Se cerró el antiguo acceso a la lavandería para utilizar toda la amplitud de la sala y conseguir las dimensiones requeridas por el propietario.
En la segunda parte de la reforma de la sala se hizo una gran vinoteca de cinco metros de largo en la que el propietario quería guardar a temperatura adecuada toda la colección de vinos y que, a la vez, formase parte de la sala dándole el protagonismo en esta zona.
La cocina se hizo completamente nueva y se integró en la vinoteca utilizando la misma gama de colores en las piedras naturales y el material de todo el mobiliario. Se diseñó la zona teniendo en cuenta el uso diario del propietario, la funcionalidad y la estética para organizar el espacio de trabajo en dos zonas, una isla central donde se encuentra la zona de cocción y que hace de unión con el comedor y otra, la zona de almacenaje y limpieza completamente integrada a lo largo de toda la pared de la cocina y en armonía con todo el espacio ofreciendo un acabado estético y funcional.
La isla central se realiza a medida y se diseña como unión entre cocina y comedor para poder disfrutar de la compañía de los invitados mientras se cocina. Se utilizó la piedra natural de grandes dimensiones para revestir toda la superficie de trabajo combinado con los soportes de la isla hechos de hierro negro para dar una sensación de ligereza al espacio.
Dormitorio y baños siguen la tónica estética del resto de la casa, con colores neutros y elegantes que facilitan la calma visual y orientan a sus usuarios al confort absoluto. La madera clara del suelo se combina con diferentes tonalidades de gris para completar un espacio agradable para los cinco sentidos.