Embarcarte en la reforma de tu casa es, sin lugar a dudas, uno de los proyectos más emocionantes que podemos vivir. Pensar en cómo queremos que sea nuestro hogar, diseñar solos con ayuda de expertos el lugar de nuestros sueños, tal y como nos lo habíamos imaginado siempre. Eso sí, hay que tener en cuenta que el éxito de una reforma depende en gran medida de la planificación adecuada, por eso lo primero que tienes que hacer es pedir presupuesto para reforma integral, así tienes claro desde el principio hasta dónde puedes llegar y dejas todos los cabos bien atados. Es muy habitual que al principio estés un poco perdido y no sepas bien cómo por dónde empezar y cómo llevar a cabo una reforma, por eso en este artículo te vamos a dar algunos consejos esenciales sobre cómo abordarla de la mejor manera posible. ¡Coge papel y boli que empezamos!
El pilar fundamental de una reforma es una buena planificación
Este punto es quizá uno de los más importantes, y es que toda reforma comienza con una planificación detallada. El objetivo tiene que estar claro desde el principio. ¿Qué necesitas exactamente? Piensa en si lo que deseas es más espacio, mayor luminosidad o simplemente un diseño más moderno. Debes definir todos estos aspectos para así evitar cambios innecesarios a mitad de proceso, ya que esto puede incrementar los costes y también los plazos. Y hablando de plazos, es muy recomendable dividir el proyecto en etapas, así tienes un mayor control tanto del tiempo invertido como de los costes.
Planificar también incluye consultar con tu ayuntamiento las normativas locales para evitar sanciones, sobre todo si se trata de reformas integrales. En el caso de que la reforma vaya a afectar a la estructura del edificio, es fundamental que contactes con un arquitecto o un ingeniero para asegurarte que la obra cumple con toda la normativa vigente.
En cuestión de materiales, lo barato sale caro
Elegir bien los materiales será determinante en el éxito de tu reforma, ya que no solo afectan a la estética sino a la durabilidad y la calidad de la obra. Para ajustarte a tu presupuesto es importante comparar precios y empresas para conseguir la mejor relación calidad-precio. Eso sí, ten en cuenta que en estos casos -como en muchos otros- lo barato siempre sale caro. Es preferible que inviertas bien el dinero en materiales que te ofrezcan mayor durabilidad, porque de lo contrario en pocos años te verás obligado a sumergirte en una nueva reforma.
Una vez tengas clara la planificación y los materiales que se van a utilizar, es momento de ponerse manos a la obra, y nunca mejor dicho. Dependiendo de la magnitud de la reforma, suelen ocupar desde unas pocas semanas hasta varios meses. No desesperes, que la espera siempre merecerá la pena.
Durante este proceso, es muy recomendable la supervisión del proceso, para comprobar de primera mano que la obra avanza tal y como se había planificado. Para que se cumplan todos los plazos estipulados, es fundamental que la coordinación entre los distintos gremios (albañiles, electricistas, fontaneros, etc.) sea correcta.
Una vez finalizada la reforma, es importante inspeccionar de forma exhaustiva el trabajo para comprobar que todo se ha realizado como habíais acordado. Pide los ajustes o correcciones antes de que se dé por finalizada la obra. Llegados a este punto, puedes solicitar una limpieza profunda para eliminar todos los restos de polvo o escombros que hayan quedado.
¡Ah! No olvides guardar todos los documentos relacionados con la reforma, como facturas, contratos o garantías de los materiales, ya que puede servirte en un futuro si surge algún problema o incluso si decides vender la propiedad.
En definitiva, en este viaje alucinante que supone una reforma, es importante tenerlo todo bajo control, ya que cuando hablamos de obras, las sorpresas no son bienvenidas. Al fin y al cabo, simplemente se trata de crear tu propio refugio, ese lugar al que siempre querrás volver.