ARQUITECTURA: SERGIO MORENO. INTERIORISMO: JORDI BOIX, CRITERI INTERIORS. CONSTRUCTORA ESER HOMES. PAISAJISMO DESAVIA.
Bell Indret se encuentra en una parcela rectangular con pendiente que ofrece, desde cualquier punto de la casa, vistas a la Sierra de Collserola y el Tibidabo. El diseño utiliza volúmenes claramente definidos para crear espacios exteriores e interiores, permitiendo diferentes usos de la casa según la época del año.
FOTOGRAFÍAS: JORDI MIRALLES.
El corazón central de esta residencia se despliega en un espacio singular que engloba el jardín, el porche, una piscina climatizada, una zona de barbacoa, un amplio salón, un comedor, una cocina y un despacho.
Al abrir las extensas vidrieras y las puertas de madera, hábilmente ocultas entre las paredes, emerge un ambiente espacioso y abierto, perfecto para recibir a un numeroso grupo de invitados, especialmente durante la temporada estival. La continuidad entre el interior y el exterior se logra al mantener ambos suelos en el mismo nivel y al emplear un diseño continuo y uniforme.
En una zona más serena, junto a la cocina, se encuentra la terraza «privada», ideal para disfrutar del café matutino con los primeros rayos de sol.
Aunque dispone de habitaciones en la planta superior y espacio de estacionamiento para cuatro coches en el semisótano, la casa está concebida para ser utilizada principalmente en una sola planta. La piscina y la barbacoa en verano, y la chimenea en invierno, permiten disfrutar de ella durante todo el año.
El acceso principal a la vivienda se efectúa a través de una puerta de grandes dimensiones que da paso a un doble espacio, donde la protagonista es una escalera de hormigón visto prefabricada e instalada de una sola pieza, protegida por una barandilla de cristal para preservar su importancia.
Este doble espacio se repite en el salón, donde un gran ventanal orientado al sur permite disfrutar desde el interior de la vivienda de vistas privilegiadas. Las marquesinas orientables y replegables de Gradhermetic permiten un control solar total, posibilitando jugar con la luz interior, ya que ilumina prácticamente todas las estancias de la planta baja y la primera.
La isla de la cocina se erige como el epicentro de la vida diaria, siendo un espacio versátil para desayunar, reunirse, trabajar y compartir momentos familiares. En la planta primera, se ubican tres dormitorios adicionales y un segundo despacho, junto con dos baños y una sala familiar que propicia un mayor recogimiento y convivencia familiar en los momentos previos a irse a dormir.
Sin rampas en la parcela, se accede al sótano desde el desnivel de la calle, donde se encuentra el garaje para cuatro vehículos, la sala de máquinas, el gimnasio y el espacio de almacenamiento.
En cuanto a la selección de materiales para el proyecto, desde el inicio se optó por paneles prefabricados de hormigón armado que, lejos de condicionar el diseño, permitieron definir espacios mucho más diáfanos. Aunque en un principio se consideró dejar el hormigón al natural como acabado final, se decidió aplicar una duradera pintura al silicato de tono blanco.