PROYECTO: D.LAB BY MARIA LOZANO.
Un lienzo en blanco en el emblemático edificio de Torres Blancas de Madrid, por muy pequeño que sea el apartamento, es siempre un sueño en términos de diseño para cualquier arquitecto. Al menos así es cómo lo ve la propietaria María Lozano, fundadora del estudio D.Lab.
FOTOGRAFÍAS: GERMAN SÁIZ.
María se mudó a Madrid, su ciudad natal, tras ocho años viviendo y trabajando en Nueva York. Después de casi un año buscando piso, encontró este pequeño apartamento de 79m2 que cumplía todos sus requisitos: un espacio perfecto dónde podía conjugar el construir su nuevo hogar con su nuevo estudio de diseño.
Además, se encontraba situado en Torres Blancas, del arquitecto Saenz de Oiza, uno de sus edificios favoritos desde niña. Toda una fantasía hecha realidad.
Las sinuosas curvas, la continuidad de los espacios, la espectacular luz y la grandeza de los materiales hacen del proyecto de interiorismo todo un reto.
Con la paleta colores icónica de D.Lab y los fuertes gestos formales tan característicos de la marca, el apartamento se convierte en un oasis de luz y color en el centro de Madrid.
El estudio se centró en crear un espacio sumamente funcional maximizando cada metro cuadrado, aunque quizás lo que le hace tan especial es cómo han sabido potenciar la arquitectura existente con el fuerte componente formal, casi onírico, tan arraigado en los diseños de D.Lab.
Originaria de Madrid, María se mudó a Nueva York en 2013 para recibir su Master de Advanced Architectural Design en GSAPP, Universidad de Columbia en Manhattan.
Previamente, estudió arquitectura en la ETSAG de Madrid. Durante los últimos diez años, María ha trabajado en el mundo del diseño de interiores y branding, con foco en hospitality, en Nueva York.
Al mudarse de vuelta a Madrid en plena pandemia, María fundó TheDreamLab, o D.Lab, una incubadora de ideas creativas que desdibuja las líneas entre arte, arquitectura, interiorismo y diseño de marca.
Le gusta colaborar con diferentes profesionales y amigos de todo el mundo, gracias a la conexión tan estrecha que mantiene con NYC, la ciudad a la que un día llamó hogar.
Cuando no está ocupada desarrollando experiencias de marca o interiores para las principales empresas del mundo, pasa la mayor parte de su tiempo ampliando su práctica artística y soñando con nuevos diseños entre Brooklyn, Madrid y las Islas Canarias.