PROYECTO: LUÍS CUNHA.
Los propietarios contactaron con el estudio del arquitecto Luis Cunha, para desarrollar un proyecto de vivienda para una familia de cinco personas que respondiera a su propia dinámica. La vegetación del entorno y la impresionante vista de la ciudad de Braga jugaron un papel principal en el proyecto.
FOTOGRAFÍAS: IVO TAVARES STUDIO.
El terreno está ubicado cerca del Santuario de Bom Jesus do Monte, en Braga, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Debido a su ubicación, la vegetación existente en el sitio y la impresionante vista de la ciudad de Braga jugaron un papel principal en el proyecto. La casa D se abre al paisaje y mira al sur/oeste desde las áreas de ocio exterior e interior.
La idea era que grandes volúmenes colocados en la parte más alta del terreno organizaran el espacio interior y exterior a través de su disposición y orientación. Su forma volumétrica y sus aberturas permiten espacios más privados, protegiendo su interior de la calle, así como de los edificios vecinos. Los alzados sur y oeste contemplan aperturas de mayor tamaño aprovechando el paisaje. La casa se abre al exterior a través de los espacios generados entre ellos, al tiempo que protege su interior.
Si, por un lado, las cajas colocadas en horizontal establecen una relación con el entorno, prolongando los espacios interiores hacia el exterior, por otro lado, la entrada la marca una de estas cajas colocadas en vertical. Esta llama a su interior al mismo tiempo que articula las dos plantas de la casa.
El objetivo ha sido obtener una imagen de fachada y volumen de gran sencillez y rigor geométrico que refleje el diferente uso de los espacios interiores y una relación entre la solución y el terreno.
Todas estas preocupaciones se reflejan obviamente en la formulación del volumen propuesto, en el ritmo, disposición y transparencia de las aberturas, en los materiales, en los planos creados, en la jerarquía espacial asociada a ellos así como, en general, en la caracterización y definición de los espacios exteriores y su relación con el interior.
D House esconde su complejidad estructural a través de su simplicidad volumétrica. En términos programáticos, los espacios se clasificaron teniendo en cuenta su función.
El acceso a la casa se realiza a través de un volumen con doble altura que, por su tamaño y materialización, marca el ingreso. En la planta baja se ubican todos los espacios sociales, incluyendo la sala y el comedor donde la relación con el exterior se realiza a través de un sistema de marcos de ventanas mecanizados que pueden abrirse completamente para crear un espacio único con la piscina y el jardín, permitiendo la extensión de toda la casa al exterior, promoviendo su apropiación.
El exterior se integra y forma parte de la casa misma. Más al norte y más cerca de la calle se encuentra la cocina que comunica directamente con el exterior, con el comedor, garaje, lavandería, vestuarios y gimnasio. Una sala de estudio y una sala multimedia para niños de diferentes edades completan el programa.
En la planta superior de la casa se encuentran los dormitorios, todos con baño privado y balcón. El uso de materiales naturales, como piedras y maderas nobles, y elementos orgánicos como el jardín vertical y las cubiertas ajardinadas, dota a la casa de una personalidad única.
La luz como elemento fundamental de la arquitectura se trabajó de acuerdo con las necesidades y características de cada espacio. Destacan los lucernarios utilizados en los baños y escaleras y, en el corredor de acceso a las habitaciones, una ventana baja junto al suelo que da privacidad. El dinamismo de la luz en los espacios interiores otorga a quien los recorre una escenografía diferente a lo largo del día.
La atención al detalle es una de las premisas rectoras del estudio que, en este caso concreto, se materializó incluso en el diseño de los distintos elementos interiores, en una incesante búsqueda del equilibrio.
Se pretendió una solución de diseño arquitectónico contemporáneo que, debido a la extrema simplicidad del lenguaje adoptado, pudiera asumir una fuerte claridad formal y volumétrica, privilegiando la relación de la casa con el terreno y el entorno donde se inserta.