PROYECTO: SUSANNA COTS.
Ubicada en la Costa Brava, esta residencia nace como un punto de luz natural en constante evolución en el que Susanna Cots trabaja la sensorialidad del espacio gracias a la sinergia entre el cobre, el blanco y el roble.
FOTOGRAFÍAS: MAURICIO FUERTES.
Si el detalle es el diseño, se podría decir que en este proyecto todo empezó con un pequeño detalle, el deseo de volver al cobre de toda la vida, para encender la mecha que crea un engranaje perfecto y a medida de este interiorismo. La vivienda contaba con una gran aliada, la luz natural, que ha permitido que el diseño simplemente ejerza la función de integrar y acompañar un entorno privilegiado y darle sentido desde todos los detalles de la casa.
La diseñadora Susanna Cots ha creado un juego que busca encontrar un equilibrio entre sonido y silencio visual a través del color blanco y el cobre como elemento que aporta ritmo. Los colores tierra que se encuentran en los suelos continuos de la planta baja combinan con los tres elementos que dinamizan esta sinfonía de bienestar emocional: el cobre en los detalles, el blanco y la madera de roble.
Se empieza con el recorrido de los detalles en los soportes de la mesa del despacho, así como los cajones en piel, ubicado en un cubículo de madera, en la sala de estar, al que acompaña la silla Andrew World con las tonalidades del mismo color. Se sigue con el cobre en las puertas correderas que separa el despacho de la sala con un estilo versátil.
En la sala de estar se descubre una pieza que favorece la comunicación, tanto en el espacio, como en la familia: un sofá a cuatro caras, que permite disfrutar del contacto con la cocina, de las vistas del mar, de la concentración del home office y de la zona de la chimenea y la televisión. Un diseño exclusivo para esta vivienda de la marca Flexform, que convierte este espacio en una zona dinámica, viva y conectada.
En la cocina se ha colocado una barra que sigue el mismo estilo de la mesa del despacho. Los taburetes forrados en piel color tierra, buscan el complemento simétrico con los detalles del mismo color que se encuentran en las lámparas de techo y en toda la grifería. La diseñadora ha creado dos fregaderos para esta cocina, dándole más entidad al concepto de comunicación y reunión que se buscaba para esta zona. Tanto la cocina como la sala están enmarcadas en unas planchas de cobre que ayudan a diferenciar y, al mismo tiempo, integrar los diferentes entornos.
Sin duda, en el comedor se ve uno de los sellos de la interiorista, unir ambientes no solo visualmente sino también a nivel de circulación. La mesa del comedor, ubicada bajo una claraboya, encuadrada en una pared de piedra con un banco y sostenida por la luz que entra a través de los grandes ventanales, ayuda a convertir el espacio en una zona ideal tanto en invierno como en verano.
En la planta superior se ha realizado el interiorismo con otro tacto, más silencioso e íntimo, conseguido a través de la sensorialidad de la madera de roble. Aquí se han diseñado dos suites completas para los integrantes de la familia. En la principal, la diseñadora consigue el abrazo cálido en la gran habitación gracias a las paredes revestidas que acogen una chimenea y una pequeña mesa escritorio, con los mismos detalles en cobre que el despacho de la planta baja. En el cabecero y en el mueble joyero hay pequeñas pinceladas de cobre en los cajones y en la iluminación incrustada en el mueble cabecero de madera. La suite se integra también con el exterior con una terraza con preciosas vistas al mar.
En el baño se ha creado una estancia íntegramente en Corian blanco y con el cobre integrado en las baldas, en los toalleros y en toda la grifería de Gessi.