ARQUITECTURA: ADRIÀ FELIP. INTERIORISMO: MARIONA ORDIS, ESTUDI D’ARQUITECTURA FELIP-ORDIS.
Una idea clara atrapa todos los elementos que configuran esta vivienda unifamiliar y nada escapa del marco general de la propuesta. Los patios, grietas y vacíos responden a una realidad tangible que da respuesta al contexto y al programa. Y como reflejo de este objetivo, un interiorismo sobrio, elegante y funcional que permite desarrollar la vida en armonía.
FOTOGRAFÍAS: JORDI MIRALLES.
La casa se ubica en una hermosa zona urbanizada cercana a la capital de Girona y está diseñada como un conjunto de volúmenes en el territorio, escalonados, encajados, orientados… ordenados según una trama ortogonal que domina la composición. La geometría aparece hasta en el más mínimo detalle, en las proporciones de los huecos, en la combinación de los materiales, en las texturas. Es clara y precisa y se concreta a base de grandes paramentos de hormigón, acero y cristal.
Las piezas se adaptan a la forma del terreno y resuelven el programa, que ocupa los espacios generados serpenteando por los diferentes niveles, encadenando las estancias interiores y proyectándolas hacia el jardín. Materia y luz dialogan para crear ámbitos de relación adaptados a las necesidades de cada momento y lugar.
Un eje conceptual atrapa todos los elementos y nada escapa del marco general de la propuesta. Los patios, grietas, vacíos responden a una realidad tangible, pragmática, dando respuesta al contexto y al programa.
Estos espacios se relacionan, se abren, se cierran, se transforman y se adaptan a las necesidades de cada momento. Un recorrido a través de distintos ambientes repartidos por todo el suelo disponible. La sobriedad del hormigón, la ligereza del cristal y la calidez de la madera se combinan con rigor, sutilmente, sin teatralidad, naturalmente.
Este diálogo marca el carácter y la naturaleza de un material sensible, sobre un entorno incomparable, tratado con criterios medioambientales. Esta complicidad con el medio es muy evidente, en la orientación, en la protección solar, en las cubiertas y en las zonas libres de edificación.
El voladizo que se abre desde la fachada posterior de la casa permite disponer de unas cortinas de desplazamiento horizontal sobre cables que crean una zona protegida del sol y permite plantear un espacio de relax exterior. En esta zona de porche del exterior de la casa se ha dispuesto un conjunto de mesitas de centro en fresno natural.
La cocina y el salón comparten espacio en la zona mejor iluminada de la planta baja, comunicada con el jardín a través de unos grandes ventanales que desdibujan los límites entre ambos espacios. Un poco más apartado se encuentra el comedor, cercano a la pieza destinada a dormitorio principal. Una puerta corredera de grandes dimensiones abre este dormitorio al conjunto o lo aísla como si fuera una pared.
La cocina se constituye alrededor de una gran isla de trabajo que en sus extremos funciona también como pequeño office. Tras ella, la pared sirve de zona de almacenaje y marca los límites entre cocina y salón.
La escalera, un diseño del estudio, es de estructura metálica pintada en gris, con escalones de madera y baranda de piezas de cristal con pasamano metálico. Permite ascender a la planta superior, donde se encuentran las habitaciones de los más jóvenes; y también conduce a la planta sótano habilitada como zona de lectura y pequeño despacho. La belleza plástica de la escalera la convierte en un punto de atracción de todo el interior de la casa y en el centro de distribución de los espacios.