FRENTE AL MAR
PROYECTO: JORDI GALÍ, RAMÓN BAS.
La ubicación privilegiada de esta vivienda en lo alto de una pequeña bahía de la Costa Brava, sobre un terreno en fuerte desnivel, ha condicionado las decisiones adoptadas por los arquitectos. Se ha creado un porche que se desprende de la propia lógica del proyecto y una zona de piscina que supera las limitaciones espaciales. Tres grados de azul condicionan las vistas desde el interior: el mar, la piscina y el cielo.
FOTOGRAFÍAS: JORDI MIRALLES. TEXTOS: ADA MARQUÉS.
Presidiendo la cala Sant Francesc de Blanes, en la Costa Brava de Girona, se encuentra esta construcción proyectada por Galí y Bas con criterios de racionalidad y comodidad para su uso continuo. Esta vivienda, de unos ciento cincuenta metros cuadrados, está ubicada en un terreno de fuerte desnivel, lo que ha obligado a situar el garaje y la zona de acceso a la vivienda en la planta piso, desde donde se accede a través de una escalera de dos tramos a la planta baja. En ésta se ubica la cocina, dormitorio y baño, sala de estar, comedor, dos dormitorios anexos más otro baño. A nivel de planta baja en exterior se encuentra el conjunto de piscina y terraza.
La construcción se ha realizado a base de bloques de cemento blanco que conforman un conjunto de dos grandes prismas, uno de los cuales se prolonga mediante un apéndice que se comunica con el otro, conformando de esta manera una zona intermedia que permite albergar un porche perfectamente protegido mediante lonas correderas, pero a la vez integrado en el jardín con piscina frente a la casa. La perfilería de aluminio negra contrasta poderosamente con las fachadas blancas y crea un agradable efecto visual.
La piscina se enfrenta al magnífico paisaje de la cala y deja desbordar el agua para confundirse con el horizonte. Ello crea un espacio lúdico muy atractivo, pero, sobre todo, unas vistas al mar que se confunden con las del propio jardín. La pendiente del terreno queda salvada mediante este breve exterior que se ha cubierto con madera para conformar una terraza muy atractiva. Unas grandes estructuras metálicas permiten cubrir o abrir esta zona al cielo según el momento y lo que aconseje el clima.
El bloque de la derecha, de una planta, recoge la zona de día y permite comunicarla con el jardín simplemente abriendo los grandes ventanales que los separan. La zona de la escalera está en el elemento constructivo que une los dos grandes bloques de la casa y conduce a la planta superior.
Este diálogo entre interior y exterior de la vivienda forma parte de los recursos estilísticos del programa de arquitectura de la casa, plenamente desarrollados para conseguir que las estancias se beneficien de la privilegiada situación del inmueble. La poderosa entrada de luz natural, por otro lado, condiciona de forma clara el proceso de diseño de los interiores.
En el interior de la vivienda los espacios están pretendidamente abiertos, separados eventualmente por correderas de madera pintada que se deslizan sobre carriles encastrados en el techo, de forma que la cocina y el salón, por ejemplo, se pueden aislar o comunicar muy fácilmente.
Los interiores se han pintado de blanco excepto las dos paredes en ángulo que acogen la zona de relax del salón, decoradas en un valiente color negro que crea una tensión atractiva con el resto.
La distribución interior se ha realizado con tabiques de yeso laminado. El pavimento está hecho a base de resina epoxi. La estructura de la escalera es de acero pintado con escalones de madera de jatoba.
El living y el comedor comparten un mismo espacio frente a los ventanales, y tras ellos se ubica la cocina, dando servicio a ambos e, incluso, al jardín cuando es necesario. Las circulaciones entre estos espacios han sido estudiadas con detalle para facilitar la vida en el interior de la casa. Los muebles escogidos y las lámparas pertenecen a la categoría de los clásicos del diseño de forma que resultan depurados y limpios y armonizan perfectamente con los espacios abiertos de la vivienda. Los tonos son muy suaves y las texturas amables. Tan sólo la alfombra roja crea una nota de color en la atmósfera elegante de estos interiores. La cocina, pequeña pero muy práctica completa la funcionalidad de la planta baja.
Con los mismos criterios se han proyectado los espacios nocturnos de la casa, aprovechando al máximo las singulares vistas a la costa y dejando que la luz inunde los espacios durante todas las horas del día.
El dormitorio principal, ubicado en planta baja, cuenta con magníficas aberturas al exterior y su escasa decoración camina por el mismo sendero de austeridad formal y elegancia que el resto de la casa. La luz blanca y la serenidad son los elementos que le dan carácter. Junto al mismo, un baño con todo lo necesario revestido con un bello cemento lucido que resalta las cualidades de la porcelana blanca de los sanitarios.