Proyectada por Ramón Esteve, esta vivienda unifamiliar es una edificación que responde a los criterios minimalistas que perfilan y definen las casas del reconocido arquitecto valenciano. Está situada en la ladera de una montaña, en una urbanización residencial, en Alicante, que disfruta de la vegetación y de árboles tan mediterráneos como los pinos.
PROYECTO: RAMÓN ESTEVE.
FOTOGRAFÍAS: MARIELA APOLLONIO. TEXTOS: PAU MONFORT.
La superposición de dos cajas conforma la vivienda, las cuales descabalgan entre sí generando un juego de luz y sombras, potenciado por la apertura de huecos en sus forjados. Éstas se apoyan sobre un basamento de piedra que se adapta a la fuerte pendiente. La casa se sitúa con delicadeza en el terreno, mediante un basamento de piedra que se adapta a la ladera. Se generan aperturas en sus forjados que permiten la entrada de luz, potenciando la relación interior-exterior y se extiende como un gran mirador que proyecta las vistas al mar, en contraste con la privacidad que ofrece la fachada trasera, donde se encuentra el espacio de acceso.
La frialdad que transmite la materialidad de sus muros, se pone en contradicción con la calidez de su interior debido a la presencia de la madera en grandes superficies. La estructura se muestra en sus fachadas, entrando en la vivienda mediante los forjados.
La planta baja se prolonga generando un espacio de estar exterior que se colma con la piscina, que se funde con el horizonte.
Los espacios han sido decorados con criterios de austeridad formal, de acuerdo con lo que dicta la propia arquitectura. Muebles de inspiración nórdica, de formas esenciales, en colores sencillos como el blanco y texturas naturales como la madera. Los espacios de transición, entre salón y terraza, se confunden gracias a los cristales de gran tamaño que crean una pared transparente dejando que el interior se beneficie de las magníficas vistas del exterior.
La piedra natural sirve para aplacar el exterior de la casa, pero también los pavimentos con ese tono beige característico de la zona. El mármol se usa con abundancia en muchos espacios de la casa, como la cocina y los baños, aportando la belleza de sus vetas y esa indefinible cualidad del lujo que está por encima de las modas y el paso del tiempo.
Los muebles de madera natural de la cocina crean un bello contraste con el mármol de la encimera y los fregaderos. La piedra natural y el blanco de las paredes y los techos logran un juego de luces y sombras muy sugestivo.
La casa ha sido construida bajo criterios de economía de energía, y ello hace que se hayan tenido muy en cuenta las corrientes de aire cruzadas que permiten calentarla en invierno y moderar la temperatura en los meses más cálidos.