PROYECTO: HÉCTOR ELIZAGA. EJECUCIÓN: NAVARBUILDING.
Las columnas de este apartamento se convierten en elementos expresivos del espacio urbano que ha sido reformado para mejorar sus condiciones. Los interioristas optan por la neutralidad luminosa del color blanco, un recurso que amplía el espacio y aporta energía.
FOTOGRAFÍAS: LUISMA AMBRÓS. TEXTOS: ADA MARQUÉS.
Esta intervención tiene como objetivo recomponer el espacio de esta vivienda urbana que ocupa una superficie media de un inmueble en la ciudad. La planta tiene una forma irregular en dos cuerpos que se reservan respectivamente para la zona de día, el más luminoso, y para la nocturna la zona posterior.
El espacio principal viene dado por el estar que a su vez integra el comedor y la cocina y ocupa, como hemos señalado, la zona más luminosa del apartamento. Con él se consigue un espacio social y núcleo central de la vivienda aprovechando toda la longitud de la misma. Muy importante la orientación norte-este-sur. Gran importancia tiene la apertura de la terraza exterior, dotando de una gran amplitud visual y funcionalidad al espacio interior.
La vivienda incluye cuatro dormitorios, dos baños y una pequeña despensa en el hall de entrada. El volumen cuadrado de entrada que acoge dos de los dormitorios, está revestido de listones de madera de roble, aportando una gran calidez al espacio, contrarrestando con la estructura vista preexistente de hormigón, más racional y dura.
A su vez, destaca el volumen de los baños-dormitorio, en chapa de acero negro. Gran importancia del color, creando y destacando una de las partes más íntima del espacio proyectado.
Muy importante a su vez es el color blanco del resto de paramentos verticales, que dotan a la vivienda de una gran luminosidad y sensaciones de serenidad y un equilibrio visual muy fluido. Destacar en este proyecto el suelo radiante, el aislamiento térmico y acústico llevado a cabo.
En el revestimiento de los paramentos verticales se ha utilizado listones en roble macizo natural, barnizado al agua mate, en la zona de dormitorios, salón y hall de entrada. Para contrastar con este material cálido, se ha forrado de chapa metálica la zona de los baños. Las puertas rasgadas hasta el techo, en su parte interior se han lacado en blanco como todos los armarios de la vivienda y resto de parámetros verticales.
La zona de sala de estar y espacio para lectura y estudio se fusiona con el exterior, gracias a la gran apertura de luz y al contraste entre el blanco interior y el negro metálico de la terraza. El diseño de la terraza se ha proyectado como segundo gran núcleo social, acompañado de una fuente en cascada, que integra la naturaleza en medio de la ciudad.
Los muebles de cocina permiten que todo se encuentre siempre recogido, un detalle fundamental en cocinas abiertas a otros ambientes. Además, los frentes lisos, con tiradores reducidos a la mínima expresión, facilitan su fusión con la arquitectura y el interiorismo. En paralelo a este lineal, estratégicamente colocada en el centro de la estancia, una gran isla ofrece múltiples prestaciones al tiempo que funciona como elemento de transición hacia el salón.