VIVIENDA EN MURCIA
Cuatro niveles de confort
PROYECTO: VICENTE MARTÍNEZ GADEA.
Esta vivienda unifamiliar emplazada en una urbanización de Murcia, aprovecha la pendiente del terreno para plantear cuatro niveles destinados a diferentes funciones, con una escalera que articula los espacios. La intervención decorativa viene a realzar la magnífica arquitectura que bebe de las fuentes del racionalismo más avanzado.
FOTOGRAFÍAS: HÉCTOR SANTOS-DÍEZ. TEXTOS: ADA MARQUÉS.
Esta vivienda unifamiliar de cuatro niveles se encuentra emplazada en una urbanización cercana a Molina de Segura, en la provincia de Murcia, en un espacio privilegiado que aprovecha la pendiente del terreno para disfrutar de unas vistas magníficas sobre el paisaje que la circunda.
La forma de la edificación está influenciada por la orientación y fuerte pendiente del terreno que ocupa. La organización en terrazas escalonadas reproduce la inclinación de la ladera y la orientación, si bien permite aprovechar las mejores vistas, tiene el grave inconveniente de estar a poniente, lo que exige proteger los huecos con viseras bri-soleil y voladizos que son parte fundamental de la composición.
El acceso se organiza a través de un gran zaguán de entrada, que pretende evocar los de las antiguas casas solariegas, al que abrían, sin orden, puertas y ventanas de las más variadas dependencias. Este espacio, complejo intermedio entre interior y exterior, proporciona una bella penumbra que parece muy adecuada para el recibimiento.
A este amplio zaguán, situado en el nivel más bajo del edificio a cota de la calle, abren los garajes y la entrada peatonal, con el núcleo vertical de escalera y ascensor que se refleja en la composición de volúmenes con una eleva torre ciega, y también una calle interior para vehículos que permite subir atravesando el interior de la vivienda hasta dos plantas más arriba donde se ubica el nivel y la entrada de las principales zonas de día.
La torre que contiene el núcleo de comunicaciones verticales, escaleras y ascensor, oculta también en su parte superior las instalaciones de aire acondicionado, placas solares y antenas, que tanto afean los remates de las edificaciones. El programa se distribuye en cuatro plantas pero se agrupan los usos de forma que los recorridos sean mínimos.
Separado de la vivienda, por la zona de piscina, gimnasio, bar y barbacoa, se dispone un pabellón de invitados con una amplia zona de estar con chimenea y dos dormitorios dobles con baño y vestidor. La terraza superior que cubre este pabellón queda unida a las de la vivienda mediante dos largas pasarelas que delimitan el ámbito de la piscina.
Las amplias terrazas disponen siempre de unas partes soleadas y otras cubiertas por las viseras para poder elegir según las estaciones del año, o las horas del día, las zonas de mayor confort.
El salón se desarrolla en tres niveles. El más bajo de ellos, correspondiente a la zona de chimenea, comunica con la zona de estar de los niños que puede también independizarse mediante una gran puerta corredera.
La planta alta es de uso exclusivo de los padres, con su dormitorio y los baños y vestidores independientes para cada uno de ellos.
Se utilizan pocos materiales que se repiten: en el interior pavimento de roble teñido en toda la vivienda, incluyendo escaleras; y paredes pintadas con dos colores, uno marrón del mismo tono que el suelo y las cortinas, y otro beige más claro que también se utiliza para la laca mate de puertas de paso y armarios. En el exterior todos los paramentos son de ladrillo macizo prensado de 36 x 12 x 4 cm color arena de Malpesa como único material de fachada, y los pavimentos de baldosas de 90 x 90 cm de gres en terrazas y de ladrillo macizo en jardín.
Siguiendo las pautas marcadas por las austeras líneas de la arquitectura de esta vivienda, el proyecto de interiorismo ha planteado unos interiores muy vinculados al paisaje exterior y que, al mismo tiempo, reproducen el sosiego y la tranquilidad que anticipan sus muros.
En su interior la vivienda se ha proyectado con unos ambientes muy cálidos, combinando una paleta de tonos, que se complementan con un mobiliario dispuesto de forma muy cuidada. Los propietarios han participado muy activamente a la hora de escoger el mobiliario y han colaborado en la elección de los materiales de los acabados interiores, estableciendo un diálogo fluido entre ellos y el arquitecto.